LA EDAD MEDIA
La
Edad Media es una etapa de la Historia europea que se extiende desde la caída
del Imperio Romano de Occidente en el año 476 hasta la caída de Constantinopla
(Imperio Romano de Oriente) a manos de los turcos en el año 1453 o bien hasta
el Descubrimiento de América en 1492. El nombre fue puesto por la gente del
Renacimiento de forma despectiva, considerada una época oscura comprendida
entre dos épocas de esplendor cultural (entre la Edad Clásica y la Edad
Moderna). Por lo general se divide en dos períodos, llamados: Alta Edad Media y
Baja Edad Media
Corto 1: un contexto general de la edad Media, explicando sus características e ilustrado con imágenes.
ALTA EDAD MEDIA
Convencionalmente,
se considera que la Alta Edad Media comprende el período que va desde la caída
del Imperio Romano de Occidente hasta el resurgir de la cultura y economía
alrededor del año 1000. Tres imperios conviven y pelean entre sí:
El Imperio Del Islam:
Hacia el siglo VII, en la Península de Arabia,
surge el profeta Mahoma como gran unificador de las diversas tribus árabes.
Mahoma, convencido de ser revelado por el arcángel Gabriel, desarrolla una
doctrina monoteísta (con Alá como único Dios) que, a pesar de no ser bien
recibida en un principio, logra imponerse como estado teocrático en toda la
península.
Tras la muerte de Mahoma, los árabes, ya
unificados, fueron gobernados por Califas, quienes cumplieron con el encargo
del profeta de difundir la nueva religión (Islam). La difusión de la doctrina
musulmana comenzó a tomar forma cuando los turcos, vecinos fronterizos de los
árabes, consiguen dominarlos y acogen el Islam como religión propia, iniciando
así un proceso de expansión violenta: en 10 años, se apoderaron de gran parte
de Asia (Palestina, Egipto e Irán), expulsando a los bizantinos. Luego pasaron
a España y continuaron sobre Francia, donde fueron detenidos por Carlos Martel
en la Batalla de Poitiers. La Guerra Santa se dio principalmente por el choque
entre Oriente y Occidente, y se ha prolongado hasta el día de hoy, mezclándose,
a lo largo de la Historia, con factores políticos, económicos, culturales y
religiosos.
* Doctrina musulmana: la doctrina de Islam, de acuerdo a
sus Cinco Pilares, establece que: 1) sólo hay un Dios, Alá, y que Mahoma es su
profeta; 2) el musulmán debe orar cinco veces al día en dirección a la Meca; 3)
debe ayunar durante el mes de Ramadán; 4) debe dar limosnas a los pobres y 5)
debe peregrinar por lo menos una vez en la vida a la Meca. Por otra parte, debe
luchar en la Guerra Santa. Todas estas ideas están recogidas en el Corán.
Imperio Carolingio:
Antecedentes: Los francos, un pueblo germano
que le arrebató a Roma la Galia Cisalpina, fueron unificados bajo el mando de
Clodoveo, quien dio origen a la dinastía Merovingia. Lamentablemente, los
últimos reyes de esta dinastía, llamados “Reyes Holgazanes”, delegaron todo el
poder en manos del “Mayordomo de Palacio”. Así, cuando los musulmanes irrumpen
en Francia, el mayordomo Carlos Martel los detiene en Poitiers. Su hijo, Pipino
el Breve, logra destronar al último rey merovingio, iniciando así la dinastía
carolingia.
Carlomagno y el Imperio: El hijo de Pipino el
Breve, Carlomagno, tenía la idea de reconstruir un Imperio similar al de Roma,
por lo que se convierte al cristianismo y obliga a su pueblo a hacerlo también.
Es coronado Emperador por el Papa León III, en retribución por su defensa de la
religión; y logró, en pocos años, formar un imperio enorme, cuya capital se
estableció en Aquisgrán, que se convierte en el centro del mundo medieval: se
reúnen los sabios de la época y se funda la primera universidad. El monarca
tiene poder absoluto, pero 2 veces al año permitía que se reuniera la Asamblea
General, en la que se aprobaban las leyes, las cuales eran escritas en códigos
llamados CAPITULARES. Carlomagno divide a su imperio en condados y marcas
(fronterizas), a cargo de un conde o marqués (funciones administrativas y
militares). Los nobles eran fiscalizados anualmente por los Missi Dominici,
siempre un religioso y un laico, quienes informaban al rey de cualquier
anomalía en el territorio.
Caída del Imperio y Consecuencias:
Entre los aportes más significativos del Imperio Carolingio se encuentran: la
continuidad del desarrollo cultural en Occidente (no se estancó, al contrario,
se sentaron las bases de la cultura occidental al mezclarse la cultura clásica
con la religión cristiana), además de recuperar la unidad europea tras la caída
del Imperio Romano, pero esta obra no duraría mucho, ya que, a la muerte de
Carlomagno, el imperio decae: ya no hay un monarca protector, y el reino se divide
entre los hijos (Tratado de Verdún, 814 d.C.). Esto, sumado a las continuas
invasiones, provocan que el pueblo se refugie cada vez más en los nobles,
iniciando así el proceso de formación de la sociedad feudal.
Documental de Carlomagno y el Sacro Imperio Romanico Germánico.
Imperio Bizantino:
Tras
la caída del Imperio de Occidente, el Imperio Romano de Oriente se mantiene en
pie, principalmente gracias a sus instituciones sólidas y permanentes, su
cohesión heredada de los griegos y el cristianismo. Paralelo al caos que se
vive en Occidente, Bizancio se mantiene constante. Los emperadores bizantinos
se consideran romanos, y mantuvieron la tradición en sus instituciones y
tradiciones, pese a que, en el curso de los siglos, se acentuaron los elementos
griegos y orientales (por ejemplo, el latín es reemplazado por el griego).
Organización política: el jefe
máximo del Imperio Bizantino fue el emperador, dotado de poder absoluto. Entre
sus atribuciones se encontraban: jefe supremo del Ejército, de la Iglesia y de
la Administración del Estado y su título era hereditario. El poder del monarca
descansaba sobre una sólida administración, ya que los funcionarios públicos
destacaban por su erudición y eficiencia. El Imperio Bizantino continuó, hasta
su caída, el sistema trazado por Constantino y Justiniano: centralización del
poder, sistema jerárquico y división de funciones, todo esto contenido en un
cuerpo de leyes creado por Justiniano: el Corpus Iuris Civiles. Finalmente,
existió un Ejército Imperial.
La Iglesia Bizantina se separa de
Roma: mientras que en Occidente el poder espiritual aumenta en la medida en que
el temporal se debilita, en Oriente ocurre lo contrario: el emperador tiene
cada vez más poder sobre la Iglesia y la máxima autoridad: el Patriarca de
Constantinopla. Ambas Iglesias se enfrentan en diferentes conflictos: el
Patriarca rechaza la doctrina de que el Papa de Roma tiene autoridad sobre la
Iglesia entera, disputas acerca del culto a los íconos (iconoclastia), etc. En
el año 1054, el Papa León IX y el Patriarca Miguel Cerulario se excomulgan
mutuamente y se produce la ruptura definitiva: la Iglesia de Oriente se separa
del Papa en Roma y se constituye como Iglesia griega Ortodoxa.
BAJA EDAD MEDIA
La
Baja Edad Media sucede cronológicamente a la Alta Edad Media y es el periodo
que abarca desde los inicios del siglo XI hasta el Renacimiento, ya en el siglo
XV., dando paso a una nueva forma de organización social y al dominio de la
Iglesia Católica.
Corto: ejemplos de como las cruzadas abrieron una ruta comercial entre Europa y Asia.
La Sociedad Feudal:
La
caída del Imperio Carolingio y el surgimiento de nuevas invasiones (desde
escandinavia en el norte de Europa, bajaron hacia el sur los Vikingos), crearon
una atmósfera de inseguridad que obligó a la población europea a buscar
resguardo físico y económico en toda persona que poseyera los recursos necesarios
para posibilitar algún grado de subsistencia. Esta situación se vio aumentada,
posteriormente, por la decadencia de la economía (decae el comercio, la
industria y el uso de la moneda, y la ciudad pierde su primacía demográfica),
lo que desemboca en un nuevo orden político-económico, el feudalismo, que
muestra las siguientes características:
a. Régimen Feudo
Vasallático: el señor
feudal, al tener poder económico y astucia en asuntos bélicos, aseguraba
protección y mantención a sus vasallos, hombres que, ante su debilidad,
ofrecían su fidelidad, su consejo, su ayuda y la prestación de diversos servicios
al protector. Ahora la tierra tenía la primacía en la economía, se convirtió en
la única fuente de riquezas.
El que procuraba protección donaba
sus tierras a su señor, manteniendo su usufructo; a su vez, los señores
poderosos traspasaban parte de su propiedad a algunos servidores como
agradecimiento por su colaboración. El sistema operaba más o menos de la
siguiente forma: había una gran solemnidad y colorido, el vasallo debía
realizar el acto de Homenaje, luego debía realizar el acto de Fe y jurar su
fidelidad ante las Sagradas Escrituras, y finalmente, se sellaba el acto con la
Investidura. Este nuevo orden de cosas trae consigo varias consecuencias: el
poder real se ve claramente reducido, la economía se sectoriza (cada feudo
tiene una realidad económica autónoma e independiente), el sistema ofrece
ciertas condiciones de paz y prosperidad, la sociedad se jerarquiza
absolutamente, se inculcó a los hombres valores como el sentido del honor, el
respeto por la dignidad de la persona, por la mujer y por el compromiso de
palabra.
b. La sociedad: estaba conformada por
estamentos con escasa movilidad: la nobleza (rey, señores, vasallos y
caballeros), que tenía un carácter guerrero; el clero, que, además de funciones
religiosas, tenía funciones sociales y culturales (derecho de asilo, Paz de
Dios, Tregua de Dios); y los campesinos, en que se distinguen los villanos
(hombres libres, sometidos al señor, vasallos pobres) y los siervos de la gleba
(especie de esclavos al total servicio del señor).
Vida medieval
c. Economía: Esta era autárquica. La base era la
villa, que eran las tierras que los vasallos entregaban a sus señores feudales.
La parte más importante era el castillo fortificado, que estaba rodeado por
todo tipo de dependencias que justificaban el carácter autárquico que tenía el
feudo. Las tierras en la villa se dividían en: tierra indominicata (uso
exclusivo del señor), mansos (propiedad y usufructo de los villanos) y las
tierras comunales.
La Iglesia Católica en la Vida Pública de la
Edad Media:
La Iglesia fue la principal fuerza
unificadora, cumplió un singular papel en el gobierno civil y en la época, y
contó con una importante riqueza material gracias al diezmo y la donación de
tierras.
La Iglesia cumplía principalmente un
papel de servicio hacia el ser humano, haciéndose partícipe de todos los
eventos de su vida, desde el nacimiento hasta la muerte, pero también atenuaba
los rigores de las constantes guerras. Además, la Iglesia contaba con su propio
cuerpo de tribunales (la Inquisición, cuya principal arma era la excomunión).
La intervención de los pontífices en cuestiones políticas y religiosas de los
estados cristianos fue una constante de la época, que le otorgó al clero un
rango de creciente importancia.
Existió una serie de Órdenes Religiosas
que buscaban servir de manera más organizada a los Papas. Las primeras fueron
la orden cluniacense y la orden cisterciense, que tenían como objetivo
preservar la fe católica.
Sin embargo, surge una nueva
espiritualidad, caracterizada por una lectura libre de la Biblia, que permitió
que en 1305, gracias a la influencia de Felipe el Hermoso, rey de Francia, la
residencia papal se trasladó de Roma a Aviñón, rompiéndose una vez más la
unidad de la fe cristiana.
Las Cruzadas: estas grandes empresas, que fueron
acometidas por la Iglesia, se generaron por la imposibilidad de visitar los
Santos lugares, que recuerdan la Gloria, Pasión, Muerte y Resurrección de
Jesucristo, debido a que los turcos selyúcidas se apoderaron de Palestina. Las
Cruzadas fueron convocadas por el Papa Urbano II en el Concilio de Clermont.
Fueron 9 en total, y, a pesar de no haber cumplido su objetivo, trajeron
importantes consecuencias para Europa: los señores feudales perdieron el poder
político y económico, ya que perdían sus tierras para cubrir las deudas de las
cruzadas; emerge una gran cantidad de comerciantes enriquecidos, que marcan el
inicio del proceso urbano del siglo XII (Génova, Venecia, Pisa); y por último,
el contacto con Oriente permitió la inserción de algunos rasgos culturales
árabes.
La peste negra o muerte negra se refiere a la pandemia de peste que afectó a Europa en el siglo XIV y que alcanzó un punto máximo entre 1347 y 1353; se estima que la misma fue causa de muerte de 25 millones de personas (aproximadamente un tercio de la población del continente en aquel entonces). La teoría aceptada sobre el origen de la peste explica que fue un brote causado por una variante de la bacteria Yersinia pestis.1 2 3 Es común que la palabra "peste" se utilice como sinónimo de "muerte negra", aún cuando aquella deriva del latín pestis, es decir, enfermedad o epidemia, y no del agente patógeno.
De acuerdo al conocimiento actual, la pandemia irrumpió en primer lugar en Asia, para después llegar a Europa a través de las rutas comerciales. Introducida por marinos, la epidemia dio comienzo en Mesina. Mientras que algunas áreas quedaron despobladas, otras estuvieron libres de la enfermedad o solo fueron ligeramente afectadas. En Florencia, solamente un quinto de sus pobladores sobrevivió. En el territorio actual de Alemania, se estima que uno de cada diez habitantes perdió la vida a causa de la peste negra. Hamburgo, Colonia y Bremen fueron las ciudades en donde una mayor proporción de la población murió. No obstante, el número de muertes en el este de Alemania fue mucho menor.
Corto:¿porque la peste Bobónica o Negra causo tantas muertes? explicación y estudios de la mayor pandemia en la historia de la humanidad.
Las consecuencias sociales de la muerte negra llegaron muy lejos: rápidamente se acusó a los judíos como los causantes de la epidemia por medio de la intoxicación y el envenenamiento de pozos. En consecuencia, en muchos lugares de Europa, se iniciaron pogromos judíos y una extinción local de comunidades judías. Aun cuando líderes espirituales o seculares trataron de impedir esta situación, la falta de autoridad debido a la agitación social, que a su vez era consecuencia de la gravedad de la epidemia, generalmente no les permitía a aquellos tener éxito.
LA EDAD MEDIA LLEGA A SU
FIN
Resurgimiento y
Desarrollo de Las Ciudades Medievales:
Tras
la caída del Imperio Romano, las ciudades entraron en un período de decadencia
que concluyó con su desaparición. Las cruzadas propiciaron un nuevo orden
económico-comercial, aumentando el intercambio mercantil entre las ciudades
italianas y el Cercano Oriente. Debido a que los italianos no fueron mercado
suficiente, se debió exportar los productos orientales a otros países europeos.
Por
otra parte, el crecimiento comercial produjo que los señores feudales
instalaran ferias comerciales en sus feudos una vez al año. Así, artesanos y
mercaderes se fueron concentrando en puntos estratégicos (palacio episcopal o
castillo). Además, la pérdida del poder de los señores feudales y, por
consiguiente, el aumento del poder del rey, sumado a la expansión demográfica y
el desarrollo agrícola (aumento de la capacidad productiva que genera riquezas
que fueron invertidas en la ciudad), trajo como consecuencia el enriquecimiento
de las ciudades, las cuales se revitalizaron.
En
un comienzo las ciudades dependen de un señor feudal, pero, tras violentas
luchas, éstas obtienen su independencia y quedan sujetas exclusivamente al
poder del rey. Su gobierno era corporativo, ejercido mediante el ayuntamiento y
los consejos municipales, integrados por familias nobles. Dentro de las
funciones de estas entidades cabe destacar la de orientar las políticas
económicas, las cuales estaban sustentadas en la artesanía y el comercio. Los
artesanos sólo podían desarrollar su arte si pertenecían a un gremio, que
reglamentaba el oficio y fijaba los precios. Partían como aprendices, luego
viajaban por el país trabajando en distintos talleres, y, al volver, rendían
examen para ascender a maestros. Los comerciantes, por su parte, tuvieron como
centro de actividad la ciudad, manejando desde ahí el comercio local y el
internacional.
Se
organizaron en asociaciones o guildas, que tenían funciones reguladoras. La
Liga Hanseática fue la guilda más destacada, que estableció su monopolio sobre el
comercio marítimo de todo el norte de Europa. Además, a partir del siglo XI, se
comienza a utilizar nuevamente el dinero, lo que facilitó el intercambio
comercial y la acumulación de riquezas.
Este capital excedente fue puesto a
disposición del comercio y la producción, comenzando así el capitalismo y el
surgimiento de los bancos y banqueros (Médicis en Florencia). Con este
desarrollo de la ciudad aparece un elemento nuevo en la sociedad europea: la
clase burguesa, formada por los comerciantes y artesanos enriquecidos.
Caída del feudalismo
A
partir del siglo XIII, la mejora de las técnicas agrícolas y el consiguiente
incremento del comercio hizo que la burguesía fuera presionando para que se
facilitara la apertura económica de los espacios cerrados de las urbes, se
redujeran los tributos de peaje y se garantizaran formas de comercio seguro y
una centralización de la administración de justicia e igualdad de las normas en
amplios territorios que les permitieran desarrollar su trabajo, al tiempo que
garantías de que los que vulnerasen dichas normas serían castigados con igual
dureza en los distintos territorios.
Aquellas
ciudades que abrían las puertas al comercio y a una mayor libertad de
circulación, veían incrementar la riqueza y prosperidad de sus habitantes y las
del señor, por lo que con reticencias pero de manera firme se fue diluyendo el
modelo. Las alianzas entre señores eran más comunes, no ya tanto para la
guerra, como para permitir el desarrollo económico de sus respectivos territorios,
y el rey fue el elemento aglutinador de esas alianzas.
Caída del Imperio Romano de
Oriente: durante la cuarta cruzada, los cruzados se dirigieron a Bizancio en
lugar de a Tierra Santa, saqueando la ciudad y estableciendo el Imperio Latino.
A pesar de que el Imperio Bizantino pudo ser restaurado, sufrió guerras civiles
e injusticias sociales, decayendo su economía y arruinando la hacienda fiscal.
Debido a todo esto, el Imperio no se pudo defender contra las crecientes
amenazas externas: los turcos otomanos lograron aislar Constantinopla, y en el
año 1453 se toman la ciudad, dando fin así a lo que quedaba del antiguo Imperio
Romano.
LEGADO CULTURAL DE LA
EDAD MEDIA:
Este
se dio fundamentalmente en torno al desarrollo de las artes y letras: en las
artes, la arquitectura (arte románico y gótico) y el desarrollo de la cúpula,
la bóveda y el mosaico, fundamentalmente gracias al aporte árabe (destacan en
particular la Mezquita de Córdova, la Alhambra de Granada y el Alcázar de
Sevilla). En la literatura se desarrolla la escolástica (Santo Tomás y su Suma
Teológica), el poema del Cid y la Divina Comedia de Dante. El Imperio Bizantino
nos hereda su cuerpo legal, que fue la base del derecho civil de gran parte de
Europa y luego de Latinoamérica (Justiniano y el Corpus Iuris Civiles). Por
último, Oriente nos entrega conocimientos acerca del comercio (uso del cheque,
sociedades comerciales y de acciones, letras de crédito, etc.), medicina,
matemática y astronomía.